A propósito de un caso: paradojas éticas en Psicología

Esta semana se presentó en las redes sociales, una Carta Abierta signada por Sensorium, instituto del que muchos psicoterapeutas reciben formación especializada en Psicología Basada en la Evidencia Científica.

Es sabido que la formación universitaria en Psicología, en Paraguay, es limitada, pero este tema va para rato y en otra publicación.

Lo que se pretende hoy con este escrito es poner en la mesa algunos puntos sobre compartir materiales como instrumentos o protocolos psi en las redes, práctica bastante frecuente últimamente debido ciertos factores, pero sobre todo uno específico: el costo.

Acceder a materiales de calidad para las buenas prácticas en psicología puede rondar fácilmente un salario mínimo (Gs. 2.193.000 – U$ 340.00), pero no sólo eso, tener la posibilidad de acceder a los protocolos para la práctica clínica, actualizados, traducidos y resumidos, no tiene precio, pues en su mayoría no se cuenta con traducción al español, por lo que el costo, también pareciera ser elevado desde el punto de vista del profesional que invierte tiempo en realizar toda esa traducción y adaptación.

Descargar materiales de internet, o compartirlos, puede resultar una falta ética. En realidad según algunos especialistas, no sólo puede resultar, sino que es, en absoluto, una falta ética. Esto se debe a que cualquier material, sobre todo en los casos de instrumentos de evaluación, sin una debida formación previa que acompañe, podría llevar al mal uso del instrumento, cuya fiabilidad y validez se pierden ante una mala praxis.

De acuerdo a nuestro Código de Ética, en su Artículo 6, «El/la Psicólogo/a debe rechazar la prestación de servicios profesionales cuando considere que pueden ser utilizados fuera de las normas éticas aquí establecidas o utilizados en contra de los legítimos intereses de las personas, los grupos, las instituciones y las comunidades.»

Al compartir material, por ejemplo, del Diplomado de Sensorium, se sabe que se actúa contra los intereses legítimos de esa institución, pues, si bien no se firma ningún contrato (creo, no tuve la oportunidad de participar del diplomado), consta verbalmente la solicitud de no compartir los materiales, con la explicación de que esos materiales, sin la formación adecuada, no cumplirá su cometido (esto sí me consta que se aclara).

A veces la solidaridad puede llevar a compartir o intercambiar material. Compartir en sí es un acto solidario, pero intercambiar material ya no, pues si bien no se recibe un pago por ello, se recibe algo que supone tiene un valor similar.

Continuando con el Código de Ética, en su ARTICULO  7 expresa que «El/la Psicólogo/a, debe esforzarse en alcanzar niveles elevados de idoneidad en su trabajo, debe estar especializado/a y contar con habilidades y destrezas en el área que le compete para la utilización de métodos, instrumentos, técnicas y procedimientos que adopte en su practica profesional, debiendo actualizar sus conocimientos, periódicamente. Debe reconocer los límites de su competencia, así como las limitaciones de sus instrumentos y técnicas.»

Es ético también buscar la formación continua, y esta formación no sólo se limita a aquellos centros especializados, pues, no todos tienen la posibilidad de acceder. Reconocer las propias limitaciones, no implica necesariamente resignarse, se buscan espacios de formación accesible, o se intercambia conocimiento con colegas un poco más experimentados, todo eso es ético, y dentro de todo eso, el compartir materiales puede darse en el margen del compartir propiamente dicho, y no de intercambiar o mucho menos de acceder a un pago por algo que no fue producto de mi labor intelectual.

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Es aquí donde se encuentra la paradoja ética, pues, es pertinente esforzarse por alcanzar niveles elevados de idoneidad, pero el costo que supone esa formación no es accesible para todos.

Acaso debe limitarse la práctica de la psicología sólo a aquellos que tienen el privilegio de acceder a una formación de calidad?

Pues no, la práctica de la psicología no debe limitarse, pero sí es importante tener presente la práctica ética de la psicología, sobre todo en una sociedad como la nuestra, que sólo ahora saca del margen las cuestiones relacionadas a la salud mental.

Lo anteriormente expuesto no habilita a compartir material a diestra y siniestra, y aquí el ARTÍCULO  11 del Código de Ética explica el por qué, «Los/las Psicólogos/as tienen reservado el uso de los materiales estrictamente psicológicos, tanto de evaluación como de intervención o tratamiento, y garantizarán la debida custodia de los materiales y documentos a su cargo.»

Y el ARTÍCULO  13 expresa que «Las intervenciones profesionales y/o aplicación de instrumentos y técnicas deberán realizarse con responsabilidad, honestidad, prudencia, competencia y solidez profesional.»

Finalmente, lo ético es reconocer las limitaciones, aceptarlas y buscar la formación continua, compartir con responsabilidad, fomentar siempre las prácticas basadas en la evidencia científica, estar en constante debate sobre nuestra realidad social y posibilitar espacios para tratar estos temas, cuestionarse, cuestionar, tratar de ser mejores profesionales cada día.

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